Desde los albores del cine sonoro, Hollywood encumbró la imagen del «chico malo y rebelde» y la del «bandido seductor». Paralelamente, la cinematografía mexicana abonó a esta tendencia endiosando a los valentones y peleoneros como símbolos perfectos de masculinidad. La intención de quienes concibieron este espécimen de héroe era obvia: las historias turbulentas generan expectación e interés, mientras que aquellas en que imperan la nobleza u otros atributos positivos inducen al sueño.
La fascinación del público por estos personajes se ha mantenido muy latente desde aquellos tiempos. Así lo evidencian centenares de obras literarias, melodramas televisivos y millares de canciones. Recordemos, por ejemplo, al español Miguel Bosé prometiéndole a su pretendida que “seré tu amante bandido” en su gran éxito de 1978; a Olga Tañón cantándole a su “Muchacho malo” (1995) y, más recientemente, a su “Bandolero”, mientras que la mexicana Ana Bárbara le juraba a su “Bandido” que siempre lo adoraría (2004).
Es un hecho que la fantasía erótica dominante en la mentalidad femenina no suele estar depositada en un buenazo, sino en un machazo “guapo y abusador” o en alguien que no constituye, precisamente, un manojo de virtudes. De ahí se explica el por qué, sin jamás haber entonado una nota ante el público, el “Rebelde sin causa” pero muy atractivo James Dean (1931-1955) se eternizara en la historia como símbolo de la cultura del revolucionario rock’n roll por encima de los limpiecitos Buddy Holly (1936-1959) y Bobby Darin (1936-1973).
Los públicos no suelen identificarse con la gente feliz
Uno de los logros negros del celuloide ha sido adoctrinar a los públicos para que estos no se identifiquen con aquellos semejantes normales y felices. Porque, de acuerdo a su filosofía, la excitación es lo que torna interesante al mundo. Y este elemento radica, primordialmente, en lo mundano y en lo trágico. Es muy difícil identificarse con quienes son “demasiado felices” – esta clase ni siquiera es merecedora de envidia – y “ni tiran piedras ni esconden la mano”.
Esta realidad fue invocada por el periodista colombiano Gustavo Rivas Luhrs en su reportaje “Morir primero para vivir después” – con motivo del primer aniversario luctuoso de Héctor Lavoe – aparecido en la octava edición (julio de 1994) de revista caleña Salsa Cali…ente, desaparecida pocos meses después. “Quizás sus grandes aportes a la música del Caribe nunca hubieran sido reconocidos si, antes de vivir como hoy, pues está vivísimo en el alma de su gente, «El Cantante de los Cantantes» no hubiera existido muerto como hasta aquel 29 de junio de 1993 cuando, en el Hospital Saint Claire, de Nueva York, cerró sus ojos para siempre. Paradójicamente fue a partir de las 12:10 de aquella medianoche cuando surgió entre los inmortales”, aseveró.
En su escrito, Rivas Luhrs aludió a la etapa comprendida entre el segundo lustro de la década de 1970 (cuando se separó de Willie Colón para emprender su camino en solitario) y el segundo de la siguiente (1980). “La masa salsómana imaginaba lo que su círculo de allegados sabía de sobra: que Héctor era medio loco. Pero, a la mayoría de sus admiradores nada le constaba. Sospechas… o «Sombras nada más»…Aparte de su clásica impuntualidad (tal vez nadie le hubiera perdonado que llegara temprano a algún compromiso) y su infinito repertorio de palabras altisonantes, él siempre supo venderse como el típico muchacho sencillo del barrio”.
Héctor se refugió en Colombia ante la indiferencia de los empresarios y del público de Nueva York y Puerto Rico
Durante las mismas fechas, Carlos González M., de la venezolana Salsabor, abundó sobre el período de los ya adelantados años de la década de 1980 cuando dejó de interesar a los empresarios de Nueva York y Puerto Rico. Entonces “no era capaz de venderle un disco ni a su madre”, viéndose forzado a alejarse de estas plazas y establecerse en Cali “donde contaba con un público mucho más fiel”. Fue a partir de esta etapa que toda la turbulencia que cargaba en su ser comenzó a trascender, sin reservas, ante todos los públicos: drogas, alcoholismo, guapería callejera… Mientras, el corazón de su leyenda cobraba fuerza.
Es indiscutible: independientemente de que haya sido una de las figuras emblemáticas del movimiento salsero neoyorquino; de que le haya impartido un matiz puertorriqueñista a esta música de raíz cubana gracias a su apego a los aires jíbaros propagados por sus ídolos Ramito y Chito el de Bayamón y de que su voz y su estilo permanezcan brillando entre los más originales que ha conocido la salsa en su historia, fue la controversia que marcó su vida, sobre todo en el ocaso, lo que serviría de gancho para que aun aquellos que años antes lo castigaran con la indiferencia, hoy lo mantengan tan vivo y vigente.
En su libro “Cada cabeza es un mundo / Relatos e historias de Héctor Lavoe” (Editorial El Yunke, 2003), Jaime Torres Torres pormenoriza los acontecimientos que antecedieron a la tarde de aquel fatídico domingo 26 de junio de 1988 cuando agobiado por una estela de calamidades atentó contra su vida lanzándose desde el noveno piso del Hotel Regency, en el sector santurcino de Condado. No pereció, sencillamente, porque todavía “El Todopoderoso” no lo había incluido en su lista.
Pero, justo par de horas antes de ese mismo día, el espectáculo que encabezaría en el Coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón – tal y como sucedió con su proyectado debut en el Centro de Bellas Artes de San Juan – fue cancelado por falta de apoyo popular. De repente la Prensa internacional puso sobre el tapete todas las amarguras y correrías de Héctor Juan Pérez Martínez – o Héctor Lavoe para el universo salsero – provocando que, por arte de magia, hasta a aquellos cuyo nombre “ni les iba ni le venía” les invadieran unas tremendas ganas de verlo en escena.
Recortes periodísticos de Colombia y Perú, particularmente, establecerían comparaciones entre el caso de Héctor y el hoy no menos venerado Ismael Rivera «El Sonero Mayor». ¿Por qué éste último es más reverenciado que aquel gigante que se llamó Tito Rodríguez? Y, ubicándonos en el caso cubano, ¿por qué Benny Moré (1919-1963), ido a destiempo por causa de sus excesos, es hoy mucho más venerado que aquel portento de rumbero llamado Miguelito Valdés «Mister Babalú» (1912-1979)?
Documentales, Peliculas y Obras Teatrales sobre Hector Lavoe
La figura de «El Cantante de los Cantantes» hoy tiene más vigencia que durante la era esplendorosa de la Fania All Stars con toda su miscelánea. Así lo comprueba el hecho de que luego del resonante impacto de la obra teatral “¿Quién mató a Héctor Lavoe?”, escrita y producida por David Maldonado y protagonizada en Broadway por Domingo Quiñones primero – éste repetiría su éxito en el Centro de Bellas Artes de San Juan – y Raúl Carbonell, hijo, después, el legado artístico de nuestro héroe ha despertado el interés de los historiadores y, en Estados Unidos y Europa, buen número de cineastas le han dedicado documentales y Peliculas como las 4 que enumero a continuación:
Documental “La Voz” (Francia, 2006)
Fue producida y dirigida por Benoit Te Vilmorin y Etienne Sevet. Realizada en francés y doblada al español. Rodada en París, Bronx (Nueva York), Cali (Colombia) y San Juan y Ponce (Puerto Rico). Recoge testimonios de Norma y Priscilla Pérez (hermanas de Lavoe); Leslie Frances (su hija); Richie Bonilla (su representante profesional); Little Louie Vega (disc-jockey y productor, amigo muy allegado); los músicos Willie Colón, Cheo Feliciano, Eddy Montalvo, Bobby Valentín y José Mangual Jr. y otras personalidades vinculadas a la vida y a la carrera de éste. También incluye segmentos fílmicos de sus actuaciones en el salón neoyorquino El Corso, el Carnaval de Panamá, el Coliseo Roberto Clemente en San Juan y en otros escenarios internacionales. Su duración es de una hora.
Procedentes de Francia, los productores Benoit Te Vilmorin y Etienne Sevethan rodaron en Puerto Rico parte de las escenas de “La Voz”, un documental fílmico sobre la vida de El Cantante.
Héctor nunca se cansaba de repetir, a manera anécdotica, que en su primera visita a París descubrió que los franceses desconocían donde estaba localizado Puerto Rico.
Por correo expreso ordenó unas banderitas con la imagen del coquí y durante su estadía aprovechó sus presentaciones para resaltar las cualidades de la Isla del Encanto. Es curioso, pero tres décadas después del debut de la orquesta de Lavoe en París, Benoit y Etienne ya planifican el estreno del documental “La Voz” . “Esta película se llama “La Voz” por tres razones.
Porque es la voz de un cantante único, que es un símbolo desde Perú hasta el Bronx; porque es la voz de una época y la voz del latino”, dijo Benoit cuando El Nuevo Día lo entrevistó. El documental, de alrededor de 60 minutos de duración, será producido en francés y doblado al español.Es una producción independiente, de carácter didáctico, cuyo fin, según los entrevistados, es probar la legitimidad de la salsa, expresión urbana que comercialmente se consolidó en 1971 tras el estreno de la película “Our Latin Thing” de las Estrellas de Fania, pero cuyo antecedente se encuentra en el intercambio cultural de la diáspora caribeña que arribó a Nueva York en las décadas de los 50 y 60.
Documental "Calle Luna, Calle Sol" ( Puerto Rico 2007 - 2008 )
Dirigida por Leon Gast, el mismo realizador de “Our Latin Thing” (1971) y “Salsa” (1976), Se presentará el origen del cantante como artista, su experiencia viajando el mundo y, en un plano más personal, sus problemas de drogadicción. El trabajo pretende presentar la figura de Lavoe desde la perspectiva de quienes le rodearon la mayor parte de su vida. Para ello se incluirán entrevistas a colegas del género como Cheo Feliciano, Larry Harlow y Rubén Blades, entre otros. Será producido totalmente en Puerto Rico, con la participación de un equipo técnico local. Será dirigido por el cineasta León Gast, quien vive fascinado con la historia de Lavoe desde que lo conoció en los años setenta. Este aficionado de la salsa, que en 1996 ganó un Oscar por su documental “When We Were Kings” sobre Muhammad Ali, cuenta con pietaje que recoje famosas improvisaciones del cantante y sus últimos días antes de morir.
Pelicula "El Cantante" (Puerto Rico - USA 2007)
Productores: Jennifer López, Leon Ichaso, David Maldonado, Julio Caro y Simon Fields. Director: León Ichaso. Guionistas: David Maldonado, David Darmsteder y León Ichaso. Director de Fotografía: Claudio Chea. Protagonistas: Marc Anthony («Héctor Lavoe»); Jennifer López («Puchi»); John Ortiz («Willie Colón»); Romi Días («Priscilla Pérez»); Federico Casteluccio («Jerry Masucci»); Nelson Vázquez («Johnny Pacheco»); Manny Pérez («Eddie»); Vincent Laresca («Ralph Mercado»); Andrea Navedo («Zaida») y Antone Pagán («Papo», hermano de Puchi). Intervenciones especiales de Ismael Miranda, Domingo Quiñones, Tito Allen, Víctor Manuelle, Obbie Bermúdez, Yomo Toro y Eddie Montalvo.
Pelicula "The Singer: The Héctor Lavoe Story”, " (Puerto Rico 2007 - 2008)
Es producida por José Manzano y dirigida por el veterano Anthony Felton, ponceño como el intérprete de “Periódico de ayer”, a pesar de su nombre. El papel estelar volvió a recaer sobre Carbonell, hijo, cuya caracterización del artista en Broadway le mereció el premio de la Asociación de Cronistas de Espectáculos (ACE) correspondiente a Mejor Actor del Año 2000.
El reparto de este filme, cuyo rodaje comenzó en el barrio Bélgica, de Ponce, es integrado por Francisco Gattorno («Willie Colón»); Lourdes Chacón («Puchi»); Patricia Manterola («Carmen»), Reynaldo Alvarado («Héctor», niño); Ángel Berríos («Luis Pérez», padre de «Héctor»); Edwin Colón Zayas («Yomo Toro»); Jaime Sánchez, Luis Enrique Romero, Chegüy Walker & La Nueva Orquesta («Orquesta de Willie Colón»); el rapero César Farrait Fantauzzi «TNT» e India, más otros actores en papeles de menor jerarquía.