Hace 25 años que Héctor Lavoe llegó para quedarse

Antes de empezar a escribir esta nota, pensaba: ¿Será que los salseros debemos resignarnos a escribir notas del “recuerdo”?, ¿será que para nosotros se aplica ese refrán: “Todo tiempo pasado fue mejor”? Bueno, ese puede ser tema de otro artículo.
El presente tiene como tema un recuerdo que marcó sin duda mi afición salsera. Ocurre que, hace un cuarto de siglo, 25 años atrás, la Feria del Hogar presentó en su tarima de El Gran Estelar a Héctor Lavoe, evento que considero marcó un antes y un después para los salseros de Perú.
Tal como me referí en nota anterior, el Gran Estelar de la Feria del Hogar fue la tarima salsera más importante de los 80s: Oscar D’León, Celia Cruz, Tito Puente, Rubén Blades, Cheo Feliciano, Andy Montañez, Wilfrido Vargas, Lalo Rodríguez, Johnny Ventura y hasta el tan añorado Eddie Palmieri, entre otros, ofrecieron su arte en el recordado escenario del distrito de San Miguel.
Sin embargo, ninguno de estos grandes nombres causó el impacto y conmoción de aquellas seis noches que fueron del martes 5 al domingo 10 de agosto de 1986, cuando El Rey de la Puntualidad salía, presentado por Luis Delgado Aparicio (que a su vez era presentado por Gonzalo Iwasaki), a las 8:00 p.m. para dar inicio a este romance con el Perú, y especialmente con el Callao, que está cumpliendo sus Bodas de Plata.
Fui testigo de cuatro de esas seis noches históricas e inolvidables de Salsa, a cargo de El Cantante de los Cantantes y el grupo de músicos que lo acompañó y que hasta ahora puedo recitar de memoria: Professor Joe Torres (piano), Johnny Torres, Milton Cardona (conga), Pablo Chino Núñez (bongó), Víctor Pérez (timbal), Tony Cofresí con Brian Lynch (trompetas) y Lewis Khan con John Torres (trombón).
Salía de casa hacia la Javier Prado para tomar la 13ª que iba por La Marina y llegaba dos horas antes a la Feria para esperar entre la multitud, grabadora en mano, que apareciera El Cantante de la Gente. Alguna vez solo, en otra con Norma y otra con Edward, el único amigo salsero que tenía en el colegio, fueron cuatro mis citas con, tal vez, uno de los cantantes que mejor encarnó la Salsa.
El repertorio consistía de clásicos como “El Rey de la Puntualidad”, “Juanito Alimaña”, “La Murga”, “Mi Gente”, "Rompe Saragüey", “Aléjate”, “La Fama”, “Te Conozco”, "El Cantante" y “Periódico de Ayer” (el último tema que cantara en su show del domingo 10), que quedaron registrados en las famosas “grabaciones en vivo” de audio y en el archi-conocido video que América Televisión filmara (creo que fue del show del viernes) y que ha dado la vuelta al mundo, gracias al Youtube. El repertorio tuvo que ser ampliado, por demanda popular, con temas como “Te Conozco” o “Ausencia”, que fueron improvisados en más de una noche.
Sobre cómo se llegó a contratarlo para cantar en Lima, hay más de una versión. Previamente, Héctor conocía sólo por algunas referencias al Perú. Y conforme se sucedieron las noches, El Cantante y su público ganaron mutua confianza. Anécdotas de esas noches, hay varias. En una de ellas Lavoe confunde una noche al Perú con el Ecuador (antes que empiecen los soneos de “Mi Gente”) y en más de una ocasión lo gozamos imitando ya sea a Daniel Santos como al, por ese entonces, popular payaso venezolano “Popy”, que se presentaba “en el circo de Tarzán”.
Se protegía del frío invernal limeño de Agosto con unas chompas que le compraron acá mismo (parecía que nadie le previno del clima en esta época del año) y recuerdo mucho esos “pasos” de baile y sus escapadas en medio de los solos o los mambos para darse un sorbo de licor.
Para nadie es un secreto su lamentable adicción a las drogas. Si la mantuvo durante sus días de estancia en Perú, no lo puedo saber. Tal vez los más íntimos o cercanos, aquellos días de Agosto del 86, lo sabrán. Lo que si es un hecho es que Lavoe no faltó a ninguno de los seis compromisos pactados y fue siempre puntual.
El hospedaje oficial de Héctor Lavoe fue el hotel Sheraton (adonde llegaban varios aficionados para tomarse una foto con El Jibarito, entre ellos mi amigo Mario Velásquez quien en más de una ocasión me contó la manera en que se tomó la foto que orgulloso tenía ampliada en el comedor de su departamento en Lince), aunque muy buena parte del tiempo lo pasó al lado de Hugo Abele en su casa de Aurora, del distrito de Miraflores.Aunque no fui testigo presencial de aquella estadía, podría asegurar que esas supuestas escapadas y/o visitas al Callao, son solo producto de la fantasía e imaginación, de hechos ficticios que suelen tener como protagonistas a los ídolos populares. Lavoe salió muy poco a vistar la ciudad, pasaba buena parte de sus tardes, descansando en su habitación e incluso viendo novelas por televisión. Una noche recitó las novelas que veía por América TV, causando la hilaridad de la gente.
Recuerdo cuando, junto a Carlos Jiménez, hacíamos el programa radial “Hipocampo” en Radio La Crónica y Carlos solía presentar a Hugo como “el único amigo que tuvo Héctor Lavoe en el Perú”.
Abele tuvo el privilegio de llevar a su amigo Héctor, después del show del sábado 9, a Radio América para entrevistarlo en vivo en su muy recordado programa radial “Sonido Latino”.
¿Es exagerado decir que su visita marcó un antes y después para la Salsa en el Perú? Para mí, no. Aunque no era ya el Lavoe de los 70s, que tal vez tenía una mejor condición vocal, ni estuvo acompañado de su orquesta completa, su actuación causó una conmoción hasta hoy irrepetible entre los salseros duros, no solo limeños y chalacos. Su imagen es ahora un ícono que aparece en más de una pared del Callao o en textos, libros y publicaciones referidas a este género musical.

Antes de su visita no era así. Habían otros héroes musicales que representaban a la Salsa en nuestro patio. Revisen sino la carátula del poemario Arreglo de Cuentas de mi amigo el desparecido Juan Bullita. Es Ray Barretto quien reina en el bar donde Bullita baila solo. Después de 1986, aunque (seamos justos) después de su muerte en 1993, Lavoe es indiscutible Rey del imaginario salsero peruano. Incluso muchos dicen que su figura ha sido, por mucho tiempo, más “venerada” en Perú que en el mismo Puerto Rico o New York.
Las seis noches de Feria fueron, para su tiempo, récord de asistencia. El impacto de su actuación motivó a que en 1988, los organizadores del Gran Estelar lo contrataran nuevamente. Semanas antes de su nueva llegada, Lavoe cae del noveno piso del hotel Regency de Puerto Rico. Curiosamente, su “reemplazo” en el programa de la Feria es Eddie Santiago (¿?).
¿Será que los salseros debemos resignarnos a escribir notas del “recuerdo”? Tal vez. Pero hubiese sido una omisión imperdonable para mí, si no hubiese escrito sobre este recuerdo. Esa visita de Héctor Lavoe al Perú en Agosto de 1986, la cual está cumpliendo ya 25 años, y que me marcó para siempre como Salsero.
Estos recuerdos, aún con el paso del tiempo, son imborrables y nunca serán un “Periódico de Ayer”. Héctor llegó acá para quedarse. Y dudo mucho que se vaya… .¡Respeta, Respeta!

Fuente: El Salsero
EDUARDO LIVIA DAZA, AFICIONADO A LA SALSA.

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