Reseña: CD Hector Lavoe La Voz - A Man And His Music

La Voz es un súper álbum doble que contiene los números clásicos que convirtieron al hijo predilecto de Puerto Rico en "El Cantante de los Cantantes". Todos los temas han sido remasterizados a partir de las cintas originales.
Y no solo la voz de Lavoe se luce con su espectacular sabrosura. ¡Guarden las viejas grabaciones! Los resoplidos de Willie Colón en el trombón sí que golpean el corazon. El alambre dulce del cuatro de Yomo Toro latiguea los pies. Y la percusión de José Mangual estremece la cadera. ¡Aprendan de los mejores!
La selección de los temas estuvo a cargo del sobrino carnal de Lavoe, Louie Vega, reconocido productor y DJ del Bronx. De saber, sabe. ¡Todo queda en familia! Vega tuvo el privilegio de que su tío se acostumbrara a cantar en la sala de su casa.

"Héctor llegó desde Ponce, Puerto Rico, vistiendo pantalones de obrero, calcetines blancos, una guayabera y un sombrero panameño", escribe Louie Vega en la presentación del álbum: "Vino a Nueva York a los 16 años para hacerse famoso, y estaba determinado a cumplir con su sueño. La búsqueda de la adoración del pueblo le costó la vida".


Y el periodista puertorriqueño Jaime Torres Torres, respetable biógrafo del "Cantante de los Cantantes", con sapiencia caribeña también comenta en la introducción al disco: "Huérfano de madre a temprana edad, fue su padre, el comerciante y músico aficionado Luis Pérez, la persona que despertó su sensibilidad hacia la música popular. Don Luis, guitarrista muy solicitado en las celebraciones de las fiestas de cruz, los rosarios, las promesas y otros ritos de la religiosidad popular, deseaba que su hijo recibiera educación formal en música y se convirtiera en un gran trombonista. Pero desde muy pequeño, el hijo de Panchita Martínez y Luis Pérez soñó con ser un cantante".
Por suerte la antología de Louie Vega no se limita a las grabaciones de estudio, también incluye algunas versiones de presentaciones en vivo en compañía de La Fania.


JaimeTorres Torres, al ver el largometraje, comentó que no relataba la verdad sobre la vida del cantante. Por eso reclamó: "Una figura como Héctor Lavoe se merece que se cuente su historia como realmente ocurrió" Tiene razón el autor de "Cada cabeza es un mundo: La historia de Héctor Lavoe": el gran sonero no era un esclavo de la droga, el alcohol y el sexo.

Hay imágenes que también deben recordarse, como esta que describe Louie Vega: "Me acuerdo que Héctor pasaba por casa los domingos en la tarde, probablemente después de una larga noche en los escenarios. Nos sentábamos delante del piano, en la sala. Yo tenía unos ocho años y él me enseñaba a tocar salsa, especialmente sones montunos. Héctor siempre decía que me enseñaba para que algún día yo formara parte de su orquesta". ¡Cómo es el destino! Muchos años después, a Louie le tocó la tarea de relanzar la música de su tío.

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